La gran palmera de Babasú, también llamada “Planta madre”, es endémica de la Amazonía brasileña. Crece mayormente en el Estado de Maranhão y actualmente ocupa 18 millones de hectáreas de la cuenca del Amazonas en el noreste de Brasil.
Su nombre científico es Attalea Speciosa. Attalea, en honor al antiguo rey de Pérgamo Attalus III, quien se interesó por la botánica y las plantas medicinales; Speciosa, que en latín significa bonita, impresionante por su porte, espectacular.
Estas longevas palmeras alcanzan los 30 metros de altura y en cada floración producen hasta 1000 semillas, de donde se extrae su preciado aceite. Su cultivo y recolección artesanal proporciona trabajo a cerca de 400.000 personas, en su mayoría mujeres conocidas como partidoras de cocos o quebradeiras.
El aceite de Babasú es claro y ligero. Su fluidez le permite penetrar hasta las capas más profundas de la epidermis sin obstruir los poros, transportando nutrientes a niveles que otros aceites más densos no alcanzan. Tiene una alta capacidad para retener la humedad, evitando que esta se escape una vez está en la piel.
Con un alto contenido en ácidos grasos, principalmente ácido láurico (antimicrobiano) y ácido mirístico (emulsionante), el aceite de Babasú tiene un punto de fusión muy próximo a la temperatura corporal por lo que se funde en contacto con la piel, limpiándola a profundidad sin arrastrar lípidos protectores naturales y produciendo una sensación fresca.
Este aceite es un potente antioxidante gracias a su alto contenido de Vitamina E y tiene gran capacidad para controlar los brillos e igualar la textura de la piel mientras la refresca, ya que contiene tocoferoles y fitoesteroles, perfectos hidratantes para las pieles secas y equilibrantes para las pieles grasas. Su uso, aumenta la elasticidad de la piel y promueve su producción natural de colágeno, a su vez que la regenera y desinflama.
El aceite de Babasú produce una fresca y deliciosa espuma convirtiéndolo en el ingrediente perfecto para nuestra formulación de Jabones Líquidos. ¡Pruébalos!⠀
La gran palmera de Babasú, también llamada “Planta madre”, es endémica de la Amazonía brasileña. Crece mayormente en el Estado de Maranhão y actualmente ocupa 18 millones de hectáreas de la cuenca del Amazonas en el noreste de Brasil.
Su nombre científico es Attalea Speciosa. Attalea, en honor al antiguo rey de Pérgamo Attalus III, quien se interesó por la botánica y las plantas medicinales; Speciosa, que en latín significa bonita, impresionante por su porte, espectacular.
Estas longevas palmeras alcanzan los 30 metros de altura y en cada floración producen hasta 1000 semillas, de donde se extrae su preciado aceite. Su cultivo y recolección artesanal proporciona trabajo a cerca de 400.000 personas, en su mayoría mujeres conocidas como partidoras de cocos o quebradeiras.
El aceite de Babasú es claro y ligero. Su fluidez le permite penetrar hasta las capas más profundas de la epidermis sin obstruir los poros, transportando nutrientes a niveles que otros aceites más densos no alcanzan. Tiene una alta capacidad para retener la humedad, evitando que esta se escape una vez está en la piel.
Con un alto contenido en ácidos grasos, principalmente ácido láurico (antimicrobiano) y ácido mirístico (emulsionante), el aceite de Babasú tiene un punto de fusión muy próximo a la temperatura corporal por lo que se funde en contacto con la piel, limpiándola a profundidad sin arrastrar lípidos protectores naturales y produciendo una sensación fresca.
Este aceite es un potente antioxidante gracias a su alto contenido de Vitamina E y tiene gran capacidad para controlar los brillos e igualar la textura de la piel mientras la refresca, ya que contiene tocoferoles y fitoesteroles, perfectos hidratantes para las pieles secas y equilibrantes para las pieles grasas. Su uso, aumenta la elasticidad de la piel y promueve su producción natural de colágeno, a su vez que la regenera y desinflama.
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